Ana Belén Riquelme (Cartagena, 1972) es la ‘número uno’ de la nueva promoción de mediadores en asuntos civiles y mercantiles de la Fundación Universitaria Isidoriana. «Que el curso me enganchara desde el principio me empujó a conseguir un 8,72. Estoy satisfecha de mis logros», presume esta diplomada en Ciencias Empresariales, quien tiene en mente montar su propio despacho de mediación junto a otra compañera, la ‘número tres’. De este procedimiento, destaca sobre todo el ahorro de tiempo y dinero con respecto a la vía judicial.
– ¿Por qué decidió formarse como mediadora?
– Llevo en paro desde 2008 y me hablaron de la mediación como una posible salida laboral, y también me lo comentó un amigo de la familia. Antes no la conocía, para mí era una vía desconocida. Cuando empezó el curso, enseguida me enganchó y me di cuenta de que era incluso una filosofía de vida. La mediación busca que las partes recuperen la comunicación y consigan salir tranquilas y satisfechas del proceso.
– ¿Qué tiene que hacer España para que la mediación alcance el éxito de países como Italia y Argentina?
– Hace falta que los políticos se impliquen en el proceso y den un impulso, porque tenemos una ley bastante desarrollada. En Cartagena tienen que hacer lo mismo; sin embargo hay regiones como Cataluña donde este sistema está muy avanzado. Cada proceso dura aproximadamente tres meses, frente a los cinco años que puede prolongarse un juicio, un ahorro de tiempo que evita que tengas que marcharte de tu vivienda si el problema con tu vecino ha empeorado.
– ¿A quién beneficia y perjudica más la mediación?
– No perjudica a nadie y beneficia a todos. Es un proceso voluntario en el que las partes pueden levantarse de la mesa cuando quieran. En los tribunales no ocurre lo mismo: cuando te metes, ya estás obligado a acatar lo que dicte un juez. Los mediadores somos el canal que ayudamos a encontrar una solución mediante el diálogo.
– ¿Por qué algunos abogados se oponen a la mediación?
– Últimamente, los abogados se están interesando por este proceso, porque lo ven como una alternativa que ofrecerles a sus clientes. Otros lo ven como una ‘amenaza’, ya que piensan que los mediadores les vamos a quitar el trabajo, y se equivocan al pensarlo. Los letrados están sobrepasados de casos, lo que repercute negativamente en sus clientes, puesto que se sienten desatendidos. La mediación es beneficiosa, porque reduce el colapso brutal que existe en la Justicia. La situación es insostenible.
– ¿La mediación escolar es una herramienta clave para el desarrollo de los niños?
– Es fundamental, porque les enseña a reestablecer la comunicación. En los institutos se están dando varios problemas nimios a raíz de la ‘americanización’ de la sociedad y de los programas de televisión. Por ejemplo, muchos jóvenes amenazan con ‘poner una denuncia’ cuando se enfadan con alguien, sin saber en el follón en el que pueden meter a sus padres. Dependiendo del caso, muchos salen del proceso siendo otra vez amigos y con paz interior.